27 feb 2012

“Yo desciendo del mencey de Adeje”



IẒUṚAN. Tiene 72 años, vive en El Bueno, en las medianías de Arico (Tenerife), y en 2010 supo, con la sorpresa del despertar de un sueño en el que todo es real, que es descendiente directa del mencey de Adeje. A Leonisa López González la noticia de que por sus venas corre sangre de un rey guanche le sobrecogió primero y luego le llenó de orgullo, el mismo que a sus cinco hijos, diez nietos y dos biznietos.


Vicente Pérez. Diario de Avisos. El pasado viernes asistió a la presentación en Arico del libro que relata la historia de su saga, llamada de Los Alzados, originaria de Icod de Los Trigos (actual Icod el Alto, en Los Realejos, y medianías de San Juan de La Rambla y La Guancha), donde consta el árbol genealógico de su rama, coronado por Atbitocazpe, o Diego, mencey de Adeje, del siglo XV.

De generación en generación

El libro, titulado "La música tradicional en Icod de Los Trigos. Tiempos de juegos, rezos y entretenimientos", ha demostrado que esta familia ha mantenido de generación en generación cantos, rezos, bailes, juegos y expresiones lingüísticas desde aquella convulsa época entre los guanches y los conquistadores castellanos, cuando sus antepasados, liderados por el mencey Bencomo, se rebelaron en Taoro (franja que abarcaba desde Los Realejos hasta Santa Úrsula) contra la invasión europea hasta tener que huir a las medianías y cumbres, y de allí al Sur de la Isla, entre los actuales Fasnia y Arico, a un territorio que llamaban Imobac, controlado por este menceyato.


Como si sus oídos escucharan por todos sus antepasados juntos, Leonisa oyó toda esta explicación por boca de uno de los autores del libro, el profesor de Historia de la Universidad de La Laguna Manuel Fariña González, acompañado por otros artífices de este trabajo: Carmen Nieves Luis García, Víctor Cabrera Higuera, Antonio Ruiz Martín y Juan Francisco Rodríguez, y la cantante y compositora Fabiola Socas. “Mi madre siempre me hablaba de los guanches, que vivían en cuevas y esas cosas, pero nunca pensé que yo viniera de un mencey”, comenta Leonisa quien vivió en Los Realejos hasta los once años, cuando, a la muerte de su padre, su progenitora compró un terreno en Arico y se fue a vivir al Sur, siguiendo una vida humilde ligada a las labores de la tierra.

Esta ariquera-realejera destaca que se ha leído con gran deleite ya los dos voluminosos libros de que consta esta publicación, que incluye un CD y un DVD con cantos, juegos, bailes, rezos y escenas tradicionales de esta familia, y afirma que ahora ve a los guanches “de otra manera, porque eran personas igual que yo y algunas sufrieron mucho”. La estirpe de Los Alzados tiene un rama en el Sur, pues una hija de Bencomo se casó con el mencey de Güímar. Por ello encontramos cómo en el siglo XVII, un miembro de esta saga, Miguel González Bencomo, se casó en Arico primero con Ana Francisca y, tras enviudar, con Tomasa Francisca, y se mudaron luego a La Guancha y San Juan de La Rambla, según relata Manuel Fariña.

Nieta del patriarca


Leonisa es nieta del patriarca de Los Alzados, Anselmo González Ravelo, quien se casó en 1890 con Emilia Llanos Dorta en el Realejo Bajo. En esta investigación histórica, se ha encontrado además una vinculación genética de esta estirpe con un grupo del Norte de África. Toda esta asombrosa historia familiar cautivó el viernes a las 150 personas que acudieron al acto en el Centro de Ocio y Tiempo Libre de la Villa de Arico, presidido por la alcaldesa, Olivia Delgado, quien se comprometió a “un esfuerzo” por la recuperación de las tradiciones populares. También acudió como invitado el catedrático de Arqueología de la ULL y Premio Canarias, Antonio Tejera Gaspar, quien recordó las costumbres y filosofía de su propio abuelo cabrero, “que enraizaban con el mundo de Los Alzados, y se vinculaban probablemente con la de los guanches”. El historiador, Hijo Predilecto de Arico, lamentó el “tristísimo y extrañísimo desarraigo” de las nuevas generaciones, pues “sin romper la modernidad, uno tiene que ligarse con sus raíces, porque si no, somos un mero esqueleto sin referencia a nada”. Leonisa escuchó estas palabras con profunda atención y orgullo, sabedora de que al mirar su árbol genealógico, éste luce ahora verde, enorme, enflorecido de identidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una familia muy grande yo soy tataranieto de Anselmo son muchas generaciones por todos los municipios sobre todo de guimar hay una generación de 100 personas de la familia directa de anselmo

Anónimo dijo...

Ni que fuese una novedad ser descendiente de la familia del mencey de Adeje. El sur está lleno. Lean la obra de Nelson Díaz Frías. Nos han contado tantas mentiras que cuando se escarba un poquito la verdad nos sorprende de esta manera. En fin.